Desde el 16 al 28 de abril de 2011 , la productora nueva humanidad trajo a Ciruelo Cabral a Capilla del Monte, quien junto con el artista local Juan Mondillo expuso sus cuadros en la carpa de el restaurante Tiziano . Ciruelo está considerado uno de los más grandes ilustradores a nivel mundial. Mucha gente fue a ver la exposición y a conversar con Ciruelo quien estuvo en Capilla los días de Semana Santa. Firmó reproducciones de sus cuadros, habló con la gente y se sacó fotos con quien se le acercaba y se lo pedía. Es de destacar que Ciruelo en todo momento mantuvo su amabilidad y cordialidad. Aparte de las reproducciones de sus cuadros (la exposición era de reproducciones de muy buena hechura y no de cuadros originales) Ciruelo trajo sus trabajos sobre piedra que sí eran originales a los que él denomina petropictos. Estos trabajos son, aunque pequeños, de una gran exquisitez y delicadeza. Ciruelo accedió a esta entrevista de muy buen grado, ya en los últimos días de su estadía en nuestra ciudad.
Revista Uritôrkidas: Lo primero que quería preguntarte es cómo llegaste a Capilla del Monte, por qué estás aquí.
-Ciruelo Cabral: La historia es muy larga, son esas sincronicidades que se van presentando en la vida de uno. Es una historia que tiene que ver con unas pinturas que había hecho cuando tenía 20 años y una historia que escribí después ya viviendo en España que hablaba de un lugar determinado. Y yo me dije: bueno tengo que ir a ese lugar. Me llevó 20 años llegar. Como yo vivo en España y vengo cada tanto a Argentina y siempre estoy con muchas cosas, el viaje a Capilla no se concretó hasta el año pasado que me invitaron a exponer y que era más o menos el momento que yo había decidido venir. Todo eso me trajo el año pasado a Capilla, este año debido a la experiencia que tuve el año pasado las cosas vinieron más rodadas y aquí estoy, siguiendo las pistas.
-RU: ¿Qué tenía ese lugar, el lugar que habías visto en tu historia?
-CC: Tenía una civilización diferente muy evolucionada que poseía ciertos reparos en relacionarse con nuestra civilización pero que sí estaba relacionada con civilizaciones del cosmos y el universo, y otras civilizaciones que habitan el planeta Tierra en un lugar debajo de la corteza terrestre. Ese fue el cuento que yo escribí hace 25 años creyendo que era original y no se le había ocurrido a nadie. Fueron muchas cosas que se relacionaron con mi arte y con eso y las cosas que a mí me interesan reflejar en mi arte y que tiene que ver con culturas ideales en donde el ser humano vive en armonía con la naturaleza. Un poco eso quiero reflejar en mis trabajos, unos mundos fantásticos pero paradisíacos.
-RU: ¿En esos mundos no hay dualidad, no hay pelea?
-CC: Sí, en muchos de mis libros hay conflictos, en mi último libro “Hadas y Dragones” hay momentos cruciales donde, a partir de diferentes fuerzas que interactúan, hay conflicto. Pero lo que yo quiero representar a partir de la figura del dragón no es la del conflicto, sino que hay un lugar donde se puede encontrar un punto en común entre las especies, ya sea de otras civilizaciones o en nuestra civilización.
-RU: ¿Y hay violencia allí?
-CC: Sí a veces sí, como en mis historias aparecen los humanos, en particular en esta que te estoy contando hay violencia porque es un paralelismo con la llegada de los españoles a América, y está un poco para que la gente reflexione hacia dónde vamos y qué estamos haciendo como sociedad.
-RU: Hay una nitidez en las imágenes de tus cuadros y un foco muy preciso. ¿eso vos lo ves así?¿ La imagen te llega con esa precisión ? Te pregunto cómo es ese proceso de ver, porque por lo que contás, vos ves esos mundos que dibujás.
-CC: Si te referís a los mundos que veo en mi cabeza y quiero reflejar, lo que yo veo es cien mil veces más de lo que yo puedo captar. La cantidad de cosas que veo y los detalles que cuentan son cien mil veces más de lo que puedo rescatar. Yo tengo una pantalla adentro, por decirlo de alguna manera, sobre la que pinto, pero de repente allí aparece algo nuevo que viene de algún sitio , no sé de donde vienen pero son imágenes en movimiento como quién ve una película, pero imaginate que vos ves una película , Avatar por ejemplo, y tenés que hacer un dibujo con una birome de un solo color, eso es lo que me ocurre a mí , yo veo imágenes que no puedo plasmar y cuando veo la pintura terminada digo, bueno , otra vez me quedé a medio camino.
-RU: ¿Y esas imágenes son como puertas que abren otras puertas?¿vas abriendo mundos con diferentes puertas por decirlo de alguna forma?
-CC: Sí, todas mis pinturas son puertas a otras dimensiones que yo conozco y habito y que, por supuesto, mucha gente habita. Por eso cuando otra gente ve los cuadros y se sienten identificadas, de alguna forma están recordando esos mundos. Eso es lo bueno que tiene el arte, que de alguna manera actúa de recordatorio para muchas personas. Eso es lo que a mí me interesa compartir de mi arte.
-RU: Hay mucha precisión en tu trabajo ¿cómo es eso?
-CC: Depende de una obsesividad que tengo y un exceso de paciencia y muchas horas que le dedico porque me gusta. Cuando trabajo entro en una especie de meditación activa digamos, y me gusta entrar en ese estado, y refinar la imagen hasta la extenuación.
-RU:¿Y lo cotidiano es un impedimento para eso?
-CC: En treinta años que tengo de profesión pude armonizar mi vida familiar y otras actividades que realizo con mi trabajo. Pero la mayor parte del tiempo se la lleva el arte mío.
-RU: ¿Cuánto tiempo trabajas por día?
-CC: Una media de 9 o 10 horas. Ahora que tengo hijos trabajo eso, antes trabajaba más.
-RU: ¿Trabajabas más de diez horas por día?
-CC: Sí, cuando empecé, entre los 18 y 27 años trabajaba tal vez catorce o quince horas por día, sábado domingo, verano, invierno, no había otras cosas más importantes. Ahora es diferente, y mi mujer me acompaña en eso en forma muy estoica. Si bien ahora trabajo en mi casa y mi mujer trabaja con migo ayudándome en todo lo que es periférico al arte. Además ahora están mis hijos, que tengo dos, y hacen los deberes al lado mío. Cuando eran bebitos trabajaba con ellos: con la derecha pintaba y con la izquierda los tenía.
-RU: ¿Y podés hacer eso?
-CC: Aprendí. Ahora me piden vacaciones cosa a la que no estoy acostumbrado.
-RU: Decía Stephen King que lo mejor para un artista es un matrimonio exitoso, ¿estás de acuerdo con eso, entonces?
-CC: Sí. Fue fundamental la paciencia y la complicidad de mi mujer porque a veces era desesperante verme trabajar sin parar. Si bien ella tiene un temple de estar en casa y ver cómo progresa esto. Pero tenemos una vida luminosa y tenemos una fortuna en todos los aspectos que nos paga los esfuerzos de manera generosa y no nos podemos quejar de nada. Pero el apoyo de mi mujer y ahora de mis hijos es fundamental. Mis hijos entienden cómo es la vida de Ciruelo.
-RU: Vos elegiste para vivir un pueblo de España.
-CC: Sí. Es un pueblo medianamente chico a 30 kilómetros al sur de Barcelona sobre el Mediterráneo. Nos construímos una casa sobre una montaña. La casa la construimos
con mi mujer, ladrillo por ladrillo, y me fascinó construirla, me transformé en albañil y arquitecto, dejé de pintar por dos años para hacer la casa. Ahí es donde vivimos, un lugar paradisiaco.
-RU: Por ahí, leí en uno de tus libros que aparecía un ser y te hablaba ¿has tenido que poner un freno a esas imágenes que vienen, para que no invadan tu espacio cotidiano, o te manejás tranquilo con esos mundos?
-CC: Me manejo tranquilo. Ese es mi universo. La mecánica de mi trabajo es estar diez horas por día tratando de llegar a un lugar en común con todos estos seres porque es ahí donde yo veo. Estoy familiarizado con estos lugares que están hacia adentro y no tengo conflicto con ellos.
-RU: ¿No te aparece uno de esos seres del otro mundo y te complica la vida en lo cotidiano?
-CC: No, eso a mí no me ocurre. Tengo algún colega al que le ocurre. A Brian Froud, del cual soy muy amigo, un artista muy conocido, inglés, me cuenta que hay algunos que son muy traviesos y tiene algunos conflictos. Tengo algunos otros amigos que usan algunos conjuros para ponerlos en su lugar. Pero yo no tengo ningún conflicto, y eso que estamos hablando de dragones. Pero quizá tiene que ver con cómo yo me dirijo a ellos y es con mucho respeto. Eso es algo que comparto con los originarios de todos los lugares del mundo, ellos saben que están tratando con un universo lleno de vida y yo me manejo así, con respeto. Si yo entrara a un bosque como lo hace la gente de la ciudad, cometiendo tropelías, quizá me pudiera encontrar con situaciones complicadas, pero sé cómo manejarme en la naturaleza, y me manejo de la misma manera en ese mundo…
-RU: Un código…
-CC: Si un código fundamental: el del respeto.
Ciruelo pasó haciendo huella por Capilla del Monte, lo dejamos entre sus cuadros con la sensación de que escucha, una característica poco habitual en muchas de las personas conocidas y reconocidas socialmente. Escucha las preguntas, responde, hace pausas, se entusiasma, elige las palabras cuidadosamente. Como un ser antiguo: no se apresura. Unas pequeñas escamas pude ver que le salían detrás de la camisa blanca, tal vez sea efectivamente un dragón y esos mundos que visita no son más que su propio mundo. Por lo pronto economiza en fuego y desgrana lentos pensamientos, algo propio de los dragones. No me gustaría verlo enojado. Se sabe cómo son los dragones enojados. Estará sobrevolando Europa ahora mismo, luego de pasar por la Córdoba argentina exponiendo en el Buen Pastor. Volverá seguramente en algún momento a Capilla del Monte, visitará las ciudades intraterrenas de antiguas civilizaciones y seguirá volando.
De derecha a izquierda :Juan Mondillo, Ciruelo Cabral y los integrantes de la Productora Nueva Humanidad(Marcelo Albala y Fabian Ceballos)
Reportaje realizado en abril del 2011