Alberto Kuselman crea a partir de la sinceridad. Desde ese lugar con corazón, hilvana la historia de su vida accionando lo que predica. La excusa para el encuentro fue el libro “Terapia del Canto y de los vientos” que acaba de publicar bajo el sello de Editorial Kier . El reportaje fue una recapitulación sobre los aspectos más fundamentales del desarrollo de la escuela de psicoterapia fundada por él denominada “Terapia del canto y de los vientos”.
U-¿Cómo comenzaste?
AK -Cuando me recibí yo era un psicoanalista clásico que había salido de la universidad y atendía en mi consultorio en forma tradicional. Yo comencé con la Terapia del Canto a partir de Castaneda. El primer libro que me llegó allá por el año 78 fue “Las enseñanzas de Don Juan” , pero no me interesó, no lo entendí… Se ve que no estaba preparado. Luego me regalaron “Una realidad aparte” y ahí sí pude entenderlo , luego leí “Viaje a Ixtlán” y “Relatos de poder” y ahí me interesé en lo que decía el brujo yaqui, sobre todo en algo que era muy loco para mi formación que es eso de paralizar el diálogo interno. El psicoanálisis es la psicología de la personalidad. Durante muchos años lo hice y también lo recibí, pero cuando empecé a conocer otras terapias , la gestáltica, el psicodrama, me encantaron porque veía la creatividad que había ahí. Por medio del psicoanálisis clásico yo sabía el origen de lo que me sucedía, pero no podía resolver eso que me sucedía. El psicoanálisis es la apología del pensamiento, lo opuesto de lo que decía Don Juan: él decía que no había que pensar, que había que parar el diálogo interno. Entonces yo me pregunté cual era el momento en mi vida en que a mí me pasaba eso, y me di cuenta que ese momento era cuando yo cantaba. Entonces me dije , voy a comprobarlo: y empecé a musicalizar las enseñanzas de Don Juan y a comenzar a probarlo con mis pacientes. Comencé a leer los libros de Castaneda y cuando veía algo que me interesaba lo marcaba y hacía una canción, a veces las letras de las canciones eran textuales y otras veces no. Por ejemplo uno de los primeros temas fue “La duda y el lamento”.Don Juan dice que no hay tiempo para la duda ni para el lamento porque la muerte nos está buscando . Entonces cuando veía que un paciente se empezaba a lamentar,” ay porque mi novio no me quiere”… “ay por esto o por lo otro …” empezábamos a cantar esa canción: “La duda y el lamento no es el modo del guerrero…”
U-¿Y en qué año fue eso?
AK- En el 82. Hice varias canciones con las premisas de Don Juan, que hablaban de las condiciones del guerrero. La humildad: la condición de un guerrero es ser humilde y alerta. Algo nuevo para mí, la humildad es el opuesto del orgullo. La condición de un guerrero es estar en un estado de alerta y lo más importante , la condición de un guerrero es elegir un camino con corazón. Si uno no lleva un camino con corazón no se es feliz. Podés subsistir pero no ser feliz.
U- A esas premisas las llevaste a la psicoterapia. Y las llevaste al canto.
AK- Yo era psicoanalista pero aparte cantaba, canté desde los 13 años. Yo no sabía que eso era meditar, la parte hinduista no me había llegado aún. Yo soy una mezcla de padre judío con madre católica. Mi viejo era muy abierto , él decía: “todas las religiones son buenas”, estaba tan convencido que se casó con una católica. Mi madre me había criado según su creencia , fui bautizado, etc. pero a los 15 años dejé la religión y me metí en el socialismo y no había posibilidad de ser religioso y al mismo tiempo ser socialista. Cuando apareció Don Juan me empecé a conectar con todo lo que tienen nuestros ancestros y con la música folclórica, y había otra manera de ser espiritual. Y ahí comencé a ir al Centro Coya, un poco buscando un maestro como lo era Don Juan.
U-Todos buscábamos un Don Juan, en esa época.
AK- En el Centro Coya hice grandes amigos, cantábamos todas las noches, hacíamos fiestas, ceremonias, era el año 1983. Era muy lindo porque ahí aprendí mucho, ahí se juntaba la espiritualidad con lo de la cultura de acá, me encontré con muchos músicos y me daba cuenta que a la música le daban un contenido espiritual, bendecían los instrumentos antes de tocarlos, era una ceremonia. Y te sentías impresionado por esto. Me di cuenta que el canto era algo ancestral, que curaban con el canto, siempre estuvo el canto en la curación. Fui a Humahuaca, canté en el Tantanakuy, conocí a Uña ramos, a Jaime Torres. Y después, luego de este despertar en lo ancestral, apareció Sai Baba que decía que el canto era la mejor medicina para todas las enfermedades. Algo que yo venía viendo e intuía, lo afirmaba un maestro del otro lado del mundo. También decía que todas las religiones son una , algo que mi padre creía.
El símbolo de Sai Baba tiene la cruz y la estrella de David, y eso para mí fue como unirme , unir las dos partes: a mi madre y a mi padre. Con Sai Baba además se cantaba todo el tiempo, toda la espiritualidad era cantada. A partir de ahí comenzaron a sucederse diferentes milagros, el primero fue cantar con Piero en el estadio de Atlanta allá por mis comienzos. Yo tenía ese sueño, quería cantar las canciones de Don Juan ahí , y se dio. Algo muy fuerte. Y entonces comencé a buscar el maestro dentro, que es lo que decía Sai Baba. Y profundizar en la propia religión de cada uno. Y a entender lo de los valores humanos, entender que más allá de lo psicológico están los valores humanos. Tenés que tener un concepto espiritual que guíe tus acciones. Y a partir de eso aparecieron canciones que tienen que ver con los valores, por ejemplo “La paz cantamos la paz” es una canción que habla de la no violencia, de no responder con violencia para cambiar esos hábitos. O canciones que tienen que ver con el perdón que es algo que tratan todas las religiones. Perdonarse, salir del autoreproche que es el origen de la depresión. Y entonces hay una canción para eso.
U-Las canciones actúan como un remedio.
AK- Sí , es un vademécum, cada canción apunta a resolver una dolencia. La psicoterapia , el ver lo que te sucede, todo eso lo sigo haciendo , pero también ante determinadas dolencias específicas hay determinadas canciones.
U- ¿Todos necesitamos psicoterapia?
AK- Lo que pasa es que si miramos afuera vemos que el mundo está en guerra: países contra países , clases sociales contra clases sociales, un vecino contra otro, las parejas… El mundo está en guerra afuera, porque nosotros estamos en guerra dentro nuestro. Y pasa en las relaciones, nosotros decimos que están desafinados, encontramos ese concepto que dice que no es que estemos peleados sino que no estamos afinados en el mismo tono. A veces vienen parejas que se pelean todo el tiempo y el problema es que están vibrando en diferente tono . Por eso es importante afinar con el que está en nuestro mismo tono porque sino le echamos la culpa al otro de nuestra infelicidad.
U- ¿Y cómo fuiste encontrando cada canción ?
AK- Primero lo experimenté en mí porque yo pasaba por diferentes estados e iba necesitando eso, como esa canción que tiene música de Bach que habla de ver la luz, de ver lo positivo, se llama “Mira solo la luz”, y es como un antídoto a la depresión, hecha en un momento en que necesitaba rescatar lo positivo.
U-¿Viviste en San Marcos?
AK- Cinco años.
U-¿Y cómo fue eso?
AK- Cuando yo estaba en Buenos Aires trabajaba en el consultorio, los pacientes venían, fumaban, yo fumaba, era el clásico psicoanalista. En un momento ya no quise eso y empecé a encontrarme con los pacientes en Palermo. Tenía las sesiones caminando, debajo de un árbol, frente al río.
Cuando fui a San Marcos sentí que era el consultorio perfecto. Pensé que los pacientes podían ir de Buenos Aires a San Marcos y me fui a vivir allí. No vinieron muchos pero vinieron algunos, y empezaron a venir pacientes de Córdoba y Río Cuarto. También aprendí a no tener dinero. Recuerdo que un paciente me pagó con treinta kilos de miel y yo fui y le pagué al almacenero con eso. Fue un gran aprendizaje. En el año 90 volví a Buenos Aires porque sentía que en ese momento en San Marcos no podía difundir la Terapia del Canto como yo quería, y volví y me contacté con otra gente. El trabajo se empezó a difundir en Uruguay, empecé a grabar, estuve en la India, Alemania, en montones de lugares. Todo lo que yo quería que se conozca se empezó a dar. Fui a Suiza. Radios latinas en Estados Unidos difundieron mí música.
U-Por lo que contás parece que sos muy arriesgado, es como que cada vez tenías que elegir y te arriesgabas y tomabas decisiones y probabas lo que te aparecía.
AK- Si, mirando a la distancia sí.
U-Así fuiste creando algo nuevo.
AK- Y sí, porque una vez un maestro de psicoterapia me dijo que no podíamos seguir haciendo lo que hizo Freud , que teníamos que crear otra forma para acercarnos a nuestros pacientes.
U-¿Y has tenido alguna vez alguna descalificación de otros colegas?
AK- No , muy pocas. Una vez alguien dijo que era superficial lo que yo hacía. Y realmente es muy profundo porque es un remedio casero impresionante. Lo que sucede es que es tan simple que parece superficial.
Saludos, les escribo desde Colombia, mi nombre es Juan Felipe Galindo, soy Artista Visual, además escribo: relatos, prosa poética. He escrito para varios medios impresos y digitales, nacionales y extranjeros. Me enteré de su revista a través de la red y me ha parecido muy interesante, deseo saber si actualmente aceptan colaboraciones de CREACIÓN LITERARIA para su EDICIÓN IMPRESA.
Gracias