En las ultimas elecciones , la cultura en las plataformas de los candidatos quedó en él último lugar y no asombra, ya que hay tantas necesidades insatisfechas que la necesidad de cultura , queda después de: comer, tener agua, un hospital digno, etc., etc.
Para mí la diferencia entre cultura y arte es que el arte está relacionado con la expresión profunda que eleva y amplia la sensibilidad, otorgándonos eso, una mayor comprensión sensible del mundo; la cultura es la expresión profunda del pueblo todo y es la que provoca en su manifestación una participación colectiva que nos ayuda a mirarnos en comunidad, pero la cultura sola no alcanza para tocar en profundidad y abrir lugares de nuestra sensibilidad.
Cultura y arte pueden ir o no juntos, hacer mates puede ser una manifestación cultural de un pueblo, pero hacer mates y darles a ello un arte peculiar ya es otra cosa y es eso lo que puede lograr una transformación en las personas que lo miran o lo usan.
Así, la industria, la artesanía, la manifestación cultural y el arte son expresiones humanas y a medida que nos alejamos de la industria y nos acercamos al arte hay algo que se aleja de la materia y se acerca al alma. Por eso la idea de fábrica cultural, fábrica de ideas y todo lo que une la palabra “fábrica” a “cultura” me resulta sospechoso; pocos escritores dicen estoy fabricando una novela, no he visto a un pintor decir fabrico tantos cuadros por mes, la idea de construcción en serie, que es propio de la fábrica, esta divorciada del arte .
Esta idea de fábrica viene de parte de los políticos porque en realidad viene de parte de las empresas y de cierta linea de la universidad actual que ha instalado socialmente el concepto de producción de bienes culturales.
Además el político de hoy no ve la necesidad de apoyar el arte.
El político ve al artista como un objeto más para poner en la estantería de sus éxitos o fracasos, de ahí que en este siglo XXI el artista que llega a ser reconocido recibe apoyo del político, no porque el político admire al artista sino porque le conviene asociarse a ese nombre.
De ahí también que el camino artístico a veces es una lucha constante por obtener apoyo, apoyo que el político no te dará, salvo que seas conocido.
Hay excepciones si, es verdad, pero lo que asombra es que la política no se ocupe de fomentar el arte, nadie ha propuesto una escuela de arte en Capilla del Monte, lo que antes era un conservatorio o lo que eran las escuelas de bellas artes; la productividad y la idea de productividad está primero que cualquier idea de formación artística, podemos si hablar de cultura, de gestionar cultura, pero nadie habla de la formación artística y esto se debe a que se sabe mucho de cuestiones prácticas y poco de cuestiones artísticas.
No siempre fue así, Miguel Ángel y Leonardo Da Vinci fueron apoyados por grandes políticos, que eran sino el Papa en ese momento, o Lorenzo de Medici. En la casa de este último vivieron grandes artistas y el propio Miguel Ángel cuando tenía 16 años vivió bajo su protección. Pero ya no hay Lorenzos de Medici, el apoyo artístico está ahora gestionado por oscuras fundaciones que dan subsidios no porque consideren que este apoyo es necesario para la gente sino porque les conviene en su declaratoria de impuestos.
Quizá esto se deba a que el verdadero arte se aleja del concepto de utilidad, mercantilismo, compra y venta, padres de la corrupción y el latrocinio.
Quizá porque la gente que está “con los pies en la tierra” mira a los artistas como si fueran unos niños. Algún día cambiara esto.
Sábato decía que solo el arte nos salvará, quizá porque el arte, al tocar regiones profundas del alma, hace que seamos más humanos y también que tengamos los valores en el lugar que corresponden, la solidaridad antes que el dinero, la belleza antes que el rendimiento económico, y conque estas dos cosas sean, ya el mundo estaría salvado. >>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>Pablo Solís