Editorial programa 19 Radio Uritôrkidas
Todos los años viene.
Cuando estás por cumplir años.
Esta vez tenía yo fiebre y como la fiebre en estos momentos de peste está asociada con la muerte y porque además como sabemos la fiebre hace ver más allá de la materia: La vi. Y me asusté. Estaba parada del lado de afuera de la ventana. Creí que llegaba mi fin pero no era así, era el fin de un ciclo.
Todos los años viene pero pocos la ven.
Tiene como en los cuentos una guadaña y va vestida de negro.
Pero no es mujer, es hombre.
Es un gordito simpático con cara de gnomo que lleva una bolsa para guardar lo que siega , lo que corta con su guadaña. Se acerca a vos y cosecha lo que hiciste en el año.
Lo que puede ser cosechado de lo que hiciste en el año.
Puede ser una flor.
Puede ser trigo.
Cosecha y se va.
Te remueve la tierra del alma, te saca los yuyos y te prepara para un nuevo ciclo.
Solo es la muerte cuando no encuentra nada para llevarse.
Si encuentra que tu tierra está seca, que nada has sembrado, no te lleva la primera vez, si no que te advierte. A la segunda se enoja y te reprocha y te vuelve a advertir, y a la tercera te lleva. Solo ahí muestra su rostro cadavérico, muestra su habitual rostro y solo ahí es la muerte.
La vi. Tenía fiebre. Tenía miedo.
Me dejó el alma sin flores, sin trigo, ni yuyos.
La tierra de mí quedo preparada para un nuevo ciclo.
Que suerte.
Solo así es posible comenzar nuevas cosas.
Solo muriendo se nace.
No urgente pero si concienzudamente me voy a poner a sembrar para que el año que viene se vaya con la bolsa llena.
No sea cosa que la primera vez me advierta, la segunda me reproche y la tercera me lleve.
La vi. Tenía fiebre. Tenía miedo.
Me dejó el alma sin flores, sin trigo, ni yuyos.
La tierra de mí quedó preparada para un nuevo ciclo.
La han visto alguna vez?
A veces esta señora viene sin avisar!!!