En Capilla del Monte, Córdoba, Argentina, hay muchas calles que discurren como ríos tormentosos desde el cerro Uritorco hacia el Dique El Cajón; hay otras más calmas que se abren desde el centro y parecen ir con dificultad hacia la periferia.
Esa periferia no es, como en las grandes ciudades, un lugar peligroso. Aquí la periferia es piedra, en algunos casos río, y en otros, monte.
Por ahí anda el cartero Pancho Gramajo. Conoce todos los barrios, los recorrió a todos: desde el humilde barrio El Zapato o Las Flores, hasta el más moderno Valenti .
Pero no sólo conoce de las calles y de la gente que habita este pequeño pueblo convertido casi en ciudad por la fuerza de la inmigración, sino que puede recordar dónde vive cada persona y el número de la casa.
Este conocimiento no es producto de un interés egocéntrico por acumular un saber barrial que muchos enarbolan con canchera prosapia, sino que viene como consecuencia de la necesidad de compartir con la gente y hablar, sobretodo hablar.
Es por eso que el cartero habla y abraza. Conversa con casi todos, es querido. Su cordobesismo está acapillado pero sigue siendo cordobés, es esto una forma de ver la vida que puede resultar graciosa pero también reflexiva. Aquí el chiste busca hacer pensar, crea comparaciones, y, cuenta cosas también de la gente.
El cartero anduvo muchos años por ahí repartiendo cartas como todo cartero y por eso es conocido.
Allá por el 2012 con un grupo de amigos surgió la idea de ayudar a las personas que estaban con algunos problemas económicos o de salud y comenzaron a vender pollos para juntar fondos. Este grupo se autodenominó “Vecinos por los vecinos”. Es así que el cartero comenzó su tarea concreta solidaria para ayudar a esas mismas personas que veía diariamente y que le contaban sus problemas.
Ahora, el cartero, en poco tiempo, va a asumir como Presidente del Concejo Deliberante de Capilla del Monte, su ciudad.
De aquel 2012 a hoy pasaron muchas cosas, pero Pancho Gramajo sostiene la misma mirada sobre la gente y la misma necesidad de ayudar. Este espíritu solidario coincide con una forma de pensar y hacer peronista que a él lo identifica. El peronismo ha sido muchas veces solidaridad con el más desprotegido.
Por eso Pancho Gramajo se asume como peronista. Y será concejal por “Hacemos Córdoba” el nombre que eligió el actual gobernador Schiaretti para reemplazar el creado por el fallecido de la Sota: “Unión por Córdoba”.
La pregunta que me hacía al comenzar la charla que mantuvimos en un bar de capilla era si esa bonhomía, ese espíritu bonachón y querible no era demasiado inocente para estar en política. Sin embargo en varios momentos, Pancho, deja traslucir una firmeza que está lejos de la ingenuidad.
Aquí el reportaje:
Gente e historia
Lo que atraviesa a las personas es sobrevivir
¿Te conocés todas las calles?
– Todo.
¿Y la gente que vive en las casas?
Todo, los que se han afincado recientemente no, pero el resto casi todo.
¿Es una ventaja?
– A las personas las conocés, lo que atraviesa a las personas es sobrevivir. A todos. El dinero para poder ser. Es algo que atraviesa a todos los estratos sociales. Algunos quieren desligarse de eso.
Vos sabes que nuestro pueblo tiene una connotación esotérica importante pero no podemos estar esperando que venga una nave madre y nos levante a todos. Mientras tanto ¿qué hacemos?
Vos naciste acá.
– Sí. Yo estoy de antes de los ovnis. Después fue una explosión. De niño en Capilla era más conocido el barrio El Zapato que el Uritorco.
Hay que tener en cuenta que nuestro pueblo es muy viejo, cuando fue la revolución francesa nuestro pueblo tenía 204 años, la primera merced fue de 1575. Muchos apellidos conocidos de nuestro pueblo vienen de ese primer origen, de la época de la colonia.
Hay apellidos en la zona que vienen de la colonia, los Aguirre en la Quebrada de Luna, Guevara , Capdevilla , Moyano en Charbonier , Jaime que es de acá.
Ovnis y conservadores
¿Qué pasa, los nativos, los que nacimos acá no estamos en el mapa galáctico?
¿Cómo te llevas con la cuestión mística y esotérica que se dio luego del año 1986 que fue la “huella del Pajarillo”?
-Por esa época y por mi oficio yo me encontraba en la calle hablando con la gente y me llamaba la atención que todos los que venían para acá por un llamado de los hermanos mayores, venían de Buenos Aires, ninguno venía de Catamarca, Huinca Renancó u otro lugar de Argentina, y yo me preguntaba; ¿qué pasa, los nativos, los que nacimos acá no estamos en el mapa galáctico? ¿ o vamos a ser alimento de los alienígenas? Después vino aparejado el desarrollo de los negocios que tiene que ver con eso, gente que se arrogaba la representación celeste y lo trataba de chanta al otro.
El folclore capillense.
– Y sí, porque el trasfondo es amontonar gente y ganar dinero.
Pero es cierto que en el cerro se ven fenómenos extraños, luces.
-Sí, eso es cierto, fue así desde siempre, pero… ¿quién está en condiciones de decirme que es el comandante que viene de Marte o son los yanquis que están probando algún tipo de avión nuevo y nos están fumigando para que tomemos más Coca Cola? Eso no lo podemos saber. Lo que sí sabemos es que Capilla del Monte es un puerto, un puerto seco al que llegan de todos lados y es cosmopolita. Hay gente que es nostálgica del pasado y tiene un patrón de pensamiento único, pero acá hay muchos patrones de pensamiento producto de la inmigración. Eso ha generado tensiones sociales (como lo que pasó hace poco en el Faldeo donde pusieron a vecinos contra vecinos).
¿Hay un grupo de gente muy conservador en este pueblo?
-Sí, pero es un grupo conservador bastante tranquilo, no violento. La discriminación parte de la ignorancia, porque es fácil encasillar a la gente, todo parte del desconocimiento.
Pero hay que salir de eso, debemos salir del totalitarismo, hay que apuntar a amigarse, vayamos conteniendo, consolando, cerrando, uniendo, hay muchos problemas para que encima, como Estado, les lleves problemas a los vecinos.
Nuestra campaña política ha tenido en cuenta esto, de trabajar “puertas afuera”, no hemos hecho política de nombres propios sino de propuestas. Sabíamos que iba a ser virulenta y nos han dicho de todo. Nosotros, ahora que ganamos, tenemos que armonizar el pueblo.
La política
Los partidos políticos no son integrados por carmelitas descalzas.
¿Cuándo decís que sos peronista a qué te referís?
– Yo soy un peronista que viene del barro. Yo conozco la necesidad de la gente. De tratar de resolver algunas de esas necesidades urgentes surgió “Vecinos por los vecinos” que es un grupo que tiene integrantes de todos los partidos dando una mano, ayudando. Pero yo soy peronista.
¿Cuándo empezaste a hacer política partidaria?
-Desde chico, de los 17 años. Siempre.
¿Y qué pasó específicamente en Unión por Córdoba? Yo he hablado con gente de Marcelo Rodríguez y dicen que ustedes los echaron.
-No, en el partido peronista no se echa a nadie. Lo que sucede es que ahí hubo errores de conducción. En el sentido de que los consejeros del partido que fuimos elegidos en el 2016 y las autoridades deben ser reelegidas todos los años y Marcelo Rodríguez nunca llamó al cambio de autoridades y nuestro partido estaba cerrado y teníamos una virtual acefalía porque, al momento de hacer una alianza, no podíamos hacerla.
Marcelo Rodríguez pedía elecciones internas.
-Eso fue una decisión de la conducción del partido a nivel provincial, de no dar las internas porque son sangrientas. El partido nos convocó a Fabricio Díaz, a Marcelo Rodríguez y a mí, que éramos los candidatos y propuso hacer una medición de imagen en vez de una interna, y ahí dio que Fabricio Díaz medía mejor, y Marcelo no lo aceptó: él quería interna a toda costa.
Y es tan así que estuvo todo bien hecho porque el nos dividió los votos pero igual ganamos. Estuvo trabajado eso, la elección general es de alguna manera una interna con Rodríguez y en esa interna también ganamos por 1200 votos. Nosotros estábamos seguros de lo que hacíamos y nos fue bien.
Nos dimos cuenta de que nosotros teníamos que ser percibidos no como una amenaza para el vecino. Ese fue el tono de nuestra campaña, decir las propuestas sin atacar a nadie.
Porque, hay algo que sí es cierto: los partidos políticos no son integrados por carmelitas descalzas, ahí la cosa es álgida porque se discute el poder, se debate la organización del estado. Hay puntos de vista contrapuestos incluso entre los mismos compañeros.
Ahí tuvimos que decidir cosas, el partido nuestro estaba enfermo de conducción, estábamos torpes, no teníamos un discurso que llegara a la sociedad, y no podíamos darnos el gusto de estar perdiendo constantemente, entonces tuvimos que reciclarnos.
Varios de los consejeros decidimos renovar las autoridades, en este caso Fabio Cepeda trabajó muy bien como presidente, hablando, uniendo las partes, algunos no querían hablar pero otros sí hablaban y el resultado está a la vista.
-Sí. Es decir se ganaron las elecciones.
-Yo en esto quiero ser muy respetuoso con Marcelo y su familia: cuando la sociedad te da un mensaje y vos no entendés el mensaje, entonces hay proyectos personales en juego.
Cuando Fabricio saca unos puntos más que yo y en la proyección él puede juntar más votos, yo lo acompañé aunque mucha gente se haya enojado conmigo. Yo creo que hoy por hoy el mejor hombre para manejar Capilla es Fabricio Díaz, pero muchos desconfiaban de mi decisión, me decían que había arreglado, que me habían comprado. Que a mi hija le habían conseguido un puesto de laburo, etc. Yo quiero decirle a la gente que a mí nadie me arregló, sino que yo hago las cosas que pienso y siento, y que yo no vengo para ser tibio; porque hay que tomar decisiones y a nivel pueblo vamos a tomar decisiones.
No vengo para ser tibio y vamos a hablar con todos, pero la cuestión es así: no hay que tener una parálisis cuando sos conductor. Y debemos hablar con todos los partidos. Es importante en el próximo gobierno que nadie trate de imponer criterios sino que lleguemos a puntos de acuerdo, hablemos. Yo hablo, pongámonos de acuerdo.
¿Vas a ser presidente del Concejo Deliberante?
– Sí, si no me necesitan en otro lugar, sí.
¿Y cómo te sentís con eso?
– Es un puesto de gran responsabilidad y ahí también tenemos que conversar. No puede ser que las ordenanzas que se regulan no estén abiertas al público, la gente tiene que saber, las ordenanzas tiene que ser públicas, gratuitas, eso no puede estar guardado y escondido. Eso hace a la calidad institucional.
Nosotros debemos armonizar, es el Honorable Concejo Deliberante, no debemos estar en contra del pueblo sino a favor. Hay que tener humildad .Para nosotros lo más difícil que tenemos es recrear la cadena de confianza, si a algo te digo que sí debe ser sí, y si es no debo justificar porqué. Si vos me llamas por teléfono, yo te atiendo, no es cuestión que porque estas en una función pública no le das más bola a la gente.
Ahora que ganaron parece que todos son peronistas…
– Acá es donde es importante conocer a la gente y yo los conozco a todos, yo entiendo que la gente quiera trabajo o quiera participar. Lo que pasa es que para armar un grupo humano tenés que tener pensamientos parecidos. Yo he tenido varios mensajes que me dicen espero que no cambies.
Es que se ve con mucha asiduidad que el poder cambia las personas.
– Pero ¿qué es el poder? Para mí el poder es poder hacer. La verdad es que yo quisiera darle trabajo a todo el mundo pero tengo 300 pedidos directos de trabajo en la actualidad. Y a tanto sé que no voy a poder responder. Esta situación me pone en un lugar en donde es probable que haya personas que se sientan dolidas porque no consiguen un trabajo a través de mí. Yo le pido a la gente mesura.
Quizá la gente demande mucho porque durante este último tiempo el Estado estuvo más que ausente.
– Eso puede ser… pero debemos ser responsables de cómo vamos a organizar el municipio. En el ADN nuestro tenemos que debemos ser responsables con el erario público y por eso hablo del diálogo.
Vamos a tener que renegar con hábitos muy arraigados de derechos que no son tales. Pero mi intención es ayudar, yo tengo 33 años recorriendo las calles de Capilla del Monte, sé de los problemas de las personas, tenemos que tratar de resolver. Pero también hay que ver los recursos económicos que tenemos para resolver esos problemas.
Muchos votaron a Fabricio Díaz pensando que le iba a ser más fácil gestionar fondos con la provincia.
– Fabricio tiene muy buena llegada con el gobernador y con Caserio, pero los fondos son limitados para todos, vos tenés que ordenar los números, administrativamente tenés que ser responsable porque esa es la forma de que te bajen dinero. ¿Por qué me van a bajar dinero si yo tengo una planta política desorbitante? Eso tiene que cambiar. Debemos ser responsables.
Dios
El sufrimiento del otro te vuelve humilde como pan casero
¿Tenés miedo de defraudar a la gente?
– Sí vos sabes que sí. Yo hablo con muchísima gente todos los días. Tengo en mi teléfono 1200 contactos. Es mucha responsabilidad. Por mi trabajo soy una cara conocida y mi gran temor es decepcionar, por eso soy mesurado en lo que hago y digo.
Sos creyente. ¿Vas a la iglesia?
– Soy creyente pero no voy mucho a la misa. Yo respeto a los que tienen algún tipo de creencia.
Yo siempre me encomiendo a Dios antes de salir de mi casa. Dice Tomás de Aquino que hay una fuerza que pone en movimiento a todo lo que sucede, eso para algunos es Dios. Igualmente lo cuestiono, me inquietan algunas cosas que parecen estar alejadas de la mano de Dios, pero me respondo que por eso existe el libre albedrío: un cuchillo sirve para cortar un pedazo de comida o para matar. Lo importante es la conciencia. Debemos poder pensar y debemos acompañar ese pensar con el sentimiento. La ausencia de sentimiento o empatía me molesta: hay gente que pasa por al lado de alguien que está sufriendo y mira para otro lado. El sufrimiento es uno solo, no hay diferencia.
A mí lo que más me ha marcado es el sufrimiento, lo que vivo socialmente. Eso hizo que no me queje más por nada, el sufrimiento del otro te vuelve humilde como pan casero. Conque tengas bien a tus hijos y a tus padres ya es suficiente, tener comida, no sufrir enfermedad… en algún punto me siento un privilegiado. Y últimamente la situación social es alarmante. Yo ahora veo mucho hambre. Acá en Capilla el 85% gana un promedio de 10.000 pesos, hay mucha gente que está en el límite de la línea de pobreza, con ese dinero es muy poco lo que podés desarrollarte.
¿Qué es lo que más te ha dolido en todo este tiempo?
– El hambre. En el año 2002 había una señora en el barrio La Banda, a la que yo le llevaba un giro, era muy poquito el dinero, y esa señora me dijo que estaba cansada de disfrazar la polenta. Le pregunté: ¿no puede comprar, aunque sea fiado, un poco de carne? Me respondió: ¿y con qué pago ese fiado? Eso hizo que muchas veces me diera culpa tener un plato de comida en mi mesa.
Que bueno es saber que hay gente como Pancho, dá esperanza a nuestro cotidiano vivir y lo digo con conocimiento de causa y de las esporádicas charlas de Adriana y mías con él. Gracias por la nota. Eduardo Doval.
Gracias Edu x tus comentarios!